En la versión de suspensión, la Dipping Light se queda con lo esencial despojándose de todo lo demás, y haciendo que el color sea el protagonista absoluto. Disponible en cuatro tamaños, permite crear composiciones con un efecto visual fascinante. Con un gran volumen en la versión de 40cm, su solidez y apariencia llenan el espacio y bañan de color cualquier estancia.

También se ofrece la posibilidad de conectar varias lámparas de suspensión en un punto de luz con el accesorio cluster, compatible con las medidas de 12, 20 y 30 cm. Esto permite una libertad absoluta pra iluminar espacios grandes y generar composiciones con luz.

Dipping Light nace del experimento de sumergir una bombilla encendida en pintura varias veces y se convierte en una lámpara. Al hacer esto, las distintas capas de pintura dibujan círculos concéntricos y atrapan la luz, atenuando su intensidad. La pintura se convierte en pantalla, dando color a la luz y aportando textura. Como soporte se diseña una base de latón. Este proceso artesanal hace que cada lámpara sea única y exclusiva.

Más allá de su función como lámpara, Dipping Light busca crear emoción. Encendida resulta fascinante ya que sus distintas tonalidades de pintura tamizan la luz creando un efecto mágico en el ambiente. Apagada se transforma en una esfera de cristal de colores, lo que la convierten en un objeto con un gran valor estético.