La lámpara TMD tiene una estructura de metal soportada por una base circular y una pantalla de lino blanco. Apagada o encendida, la TMD consigue aportar calidez al espacio. Tras su icónica lámpara TMM, Santa & Cole solicitó a Miguel Milá una versión de sobremesa. El diseñador abordó este proyecto con la idea de una pantalla que se izase como una bandera en un mástil.

Para reducir las secciones cambió la madera por el metal, y los pies en aspa por una base circular, menos intrusiva en la repleta superficie de toda mesa de trabajo, pero mantuvo el ingenioso sistema de una simple goma tórica para fijar la pantalla a la altura
deseada, así como el gesto de encenderla y apagarla estirando del cable. Una arandela metálica en el fuste recoge y orienta ese cable, integrándolo en el conjunto. Y su pantalla, de elegante lino blanco, hace que su luz templada acomode su alrededor. Esta
combinación de materiales y formas consiguen que, aún apagada, la TMD aporte calidez al espacio. Otro ejemplo de la sobriedad atemporal de Miguel Milá.

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